“dejar a sus animales sin el cuidado básico de alimentación sería incurrir en delito, algo que ni por ley ni por amor a sus perros puede consentir”
Adrián, un joven de 23 años aficionado a la caza, dueño de cuatro perros de raza para la actividad cinegética, plantea el problema de tener, bajo la situación de confinamiento propiciado por el Estado de Alerta en el que nos encontramos, el problema de salir de su domicilio para poder alimentar y prestar las atenciones básicas que sus animales necesitan. Este amante de los animales y de la caza, tiene habilitado un pequeño recinto para sus animales a las afueras de su localidad, puesto que su vivienda, de apenas 75 metros cuadrados, no puede albergar a los animales ni por raza ni por espacio.
Según manifiesta el joven a este medio, en el día de hoy, al volver de alimentar a sus animales, la Policía Local de Cabra, en un control situado en la Plaza de San Agustín le solicita información de su desplazamiento. Adrián, que en todo momento entiende lógica la parada y control, le indica que regresa a su domicilio tras alimentar a sus perros, el agente le solicita alguna acreditación de este hecho al cual el joven le muestra la “cartilla sanitaria” de todos sus perros, el Policía Local tras la comprobación le deja continuar el paso recomendándole “llevar otro justificante del hecho” sin aportar ninguna recomendación más.
Continuada
la marcha, llegando a la glorieta situada en la avenida Fuente del Río, frente
al Pabellón Municipal de Deportes, en otro control policial, un nuevo agente,
ante la misma situación le indica al joven que debe de “contratar una empresa
que se haga cargo del cuidado de sus animales ó que este los desplace a su
domicilio habitual”, todo ello advirtiéndole que en la próxima vez será
denunciado. Adrián, según declara, reanuda su marcha y ya en su domicilio,
perplejo por las contradicciones, contacta telefónicamente con la Policía Local
con el fin de aclarar lo “qué realmente debe de hacer”. La Policía Local, sin dar
una solución a esta casuística, y según denuncia el joven a este medio, sólo
indica “que no va a contradecir ninguna de las declaraciones ofrecidas por
ninguno de los agentes en los controles” sin ofrecer una respuesta clara y
única al singular caso.
Vista la
situación, Adrián, preocupado por el desamparo que pueden tener sus animales, contacta
con la Policía Nacional para pedir consejo, la respuesta, según declara es que “presentando
la cartilla de los perros es suficiente y en el caso de ser denunciado puede
recurrir la sanción”.
El joven,
ante esta disparidad, solicita información sobre el caso, unanimidad de
criterio y claridad. Según declara el cazador, dejar a sus animales sin el
cuidado básico de alimentación sería incurrir en delito, algo que ni por ley ni
por amor a sus perros puede consentir. Adrián considera que muchos cazadores
están en esta situación y pide colaboración ante este casual.